La mayoría de las personas piensan que para invertir hay que tener mucho dinero, pero esto no es cierto. Lo principal es ser pacientes, disciplinados y constantes. Cuando decidimos ahorrar, lo ideal es hacerlo con un objetivo, es decir, guardamos plata para conseguir o comprar algo, pero ¿cuándo la inversión se vuelve un gasto?
Según los últimos datos de Asobancaria, en Colombia hay más de 62 millones de cuentas de ahorro con un saldo superior a los 165 mil millones de pesos. Un dato para resaltar es que, del total de estas cuentas, el 93,5% pertenecen a personas que ganan hasta 3 SMMLV. Lo que nos indica que los colombianos sí creen en la figura del ahorro.
Por otro lado, el mismo informe arroja que hay 1.240.589 cuentas de CDT y CDAT con un saldo de más de 150 mil millones de pesos. Y en este caso la mayoría de ellas pertenecen a personas que ganan entre 11 y 110 SMMLV.
“Al hablar de inversiones debemos tener en cuenta que estas no solo tienen que ser compras de acciones o la rentabilidad que nos dan los bancos por depositar una cantidad de dinero en ellos; sino que si queremos estudiar, viajar, comprar vivienda, tecnología, entre otras cosas estamos también de una u otra forma invirtiendo en nuestro futuro, siempre y cuando esa actividad o bien le genere después un retorno o rentabilidad, es decir que sea productivo”
Pero cómo decíamos anteriormente, ¿cuándo estos objetivos son una inversión y cuándo pueden ser un gasto?
Por ejemplo, si hablamos de los estudios, vemos que desde el punto de vista como padres, si pensamos en la formación de nuestros hijos, veremos estos estudios como una inversión, pues estamos pensando en su futuro” .Si por otro lado, ya somos profesionales con una amplia experiencia laboral y queremos seguir especializándonos deberíamos tener en cuenta varias cosas: qué perspectivas laborales tengo; cuánto es el costo del curso; cuánta es su duración… Y es que si no tenemos claro lo qué queremos conseguir con él, podemos pasar, de lo que creíamos una inversión a un gasto, ya que el objetivo se vuelve simplemente un hobbie o una entretención.
Otro de los grandes objetivos para los que ahorra una persona es comprar vivienda. Vivimos en una sociedad con una cultura muy arraigada sobre ser propietario, ya que vivir de arriendo parece que significa “ser muy pobre o perder dinero pagando arriendo”. La adquisición de una vivienda puede ser una gran inversión, el inicio de nuestro patrimonio, o un gasto si se toma la decisión errada de comprar un inmueble que no se valoriza o que está por encima de las capacidades económicas o de las necesidades de las personas. Aunque existe otro punto de vista que señala que como viviremos en el inmueble que compramos no podríamos, por ejemplo, arrendarlo y recibir cada mes una entrada de dinero gracias a él, por lo que ya no sería una inversión sino un gasto.
Todas estas variables son las que se deben tener en cuenta a la hora de ahorrar, fijar un objetivo alcanzable y asegurarte que es la mejor decisión para tu futuro y el de tu familia.