Como empleo o como hobby, la carpintería es un arte que da como resultado final obras que pueden acompañarnos durante años, al punto de ser compañía a través de las mudanzas y de situaciones como desayunos, cenas y almuerzos, hasta tarea escolar, reuniones y trabajo.
Cuando hablamos de construir y armar con nuestras propias manos, el factor económico resulta el menos relevante, ya que, aunque es innegable que hacer algo nosotros mismos resulta en un ahorro de dinero, el mueble que hagamos tendrá mucho más valor que uno comprado.
Ya sea para obras chicas o grandes, para accesorios o para piezas enteras, para mejorar nuestra calidad de vida y orden o para poner a prueba nuestras capacidades, es una actividad que con dedicación y paciencia puede ser hecha por quien quiera que tenga el interés.
Por eso, aquí hablaremos sobre 5 cosas que probablemente no sepan quienes aún no incursionaron en este antiguo pero valioso oficio.
No es un Oficio caro en sí mismo
Obviamente no diremos que es barato conseguir los materiales, o las herramientas, y si algo ocurre a quienes trabajan de esto o son muy aficionados es que siempre se desean más herramientas, más nuevas o de mejor calidad.
Sin embargo, por el lado de los instrumentos, una vez que consigues un buen set básico con las lijas, destornilladores, sierra, martillo, medidor, cinta de medición, entre otras cosas, verás que duran por años a pesar de mucho uso.
De esta manera, un consejo clave siempre es no escatimar en gastos y que las primeras que consigas sean de buena calidad, ya que así podrás asegurarte que tendrás esos elementos por mucho tiempo.
Incluso, en muchos casos, puede que gente de tu círculo familiar o de amistad tengan una caja o set de herramientas sin darles uso, por lo que puedes pedirlas prestadas o hasta recibirlas como regalo o “herencia” familiar.
Nunca se es suficiente experto para dejar de atender las medidas de seguridad
Es innegable que cuanto más haces o practicas un oficio, sobre todo relacionado al trabajo manual, ganas más confianza y cometes menos errores. Pero a pesar de lo que veas en programas de construcción, en un curso para aprender carpintería o incluso en personas que conozcas, nunca debes subestimar el riesgo de esta actividad.
Puede que esto no suene a un “secreto” en sí mismo, pero la realidad es que nunca se es demasiado bueno como para pasar por alto algunas medidas para resguardar tu integridad. Por eso, antes de querer lanzarse a cortar, martillar y atornillar, es fundamental darle atención a esto.
Por suerte, en consonancia con el punto anterior, conseguir los elementos básicos de seguridad como pueden ser guantes, lentes que protejan la vista, protectores para las orejas, entre otros, es algo muy económico, y buscar en Internet medidas básicas de seguridad es algo simple, rápido, y que vale toda la pena.
Ante la duda: Comprar de más y Medir de más
Más allá de lo simplificado del subtítulo, no deja de tener cierta verdad en su trasfondo, sobre todo para quienes quieren dedicar tiempo y mente para aprender carpintería.
Esto se debe a que, al principio, como en todo recorrido, hay muchas chances de cometer algunos errores. Eso no trae ninguna gravedad, y nadie está exento de fallar cuando inicia sus primeras construcciones y trabajos con madera.
El punto es que, justamente, como se trabaja con algo sólido y limitado como es un trozo de madera, si erras en la medición o al cortar, puede que eso eche a perder parte de lo que se avanzó en la pieza.
Por eso, nunca es una mala idea comprar trozos de mayores dimensiones a la que nuestro plano prevé, porque así, en caso de fallar con los cortes o medidas, tendremos el margen extra de más que brinda un trozo de mayor largo o grosos, para poder recomponer el error y no perder horas trabajadas.
Al mismo tiempo, esto va de la mano con el hecho de medir y saber con total seguridad la altura, ancho, o incluso los grados de los ángulos (por ejemplo, si estamos pensando en armar e instalar un mosquitero para una ventana), por lo que es recomendable siempre medir las veces que creas necesarias, y si te sirve, escribir las medidas en las maderas con un lápiz, para tenerlo a plena a mano.
Siempre viene bien la Madera Sobrante
Entenderíamos si dices “¿para qué debería guardar trozos que quedaron obsoletos y que no sirven para el proyecto o mueble que estoy armando?”, no obstante, tanto por su valor como por su versatilidad, la madera es un recurso que puedes darle uso tarde o temprano, y te convendrá guardar adecuadamente los restos que queden sin utilizar.
Por ejemplo, de un trozo rectangular podrías en un futuro armar una tabla para cortar carnes o para servir tapas, puede que con otro tipo de resto de madera puedas improvisar y hacer un perchero o un porta llaves, o incluso con un pequeño pedazo que sobre, con lijarlo y cortarlo adecuadamente, puedes hacer un tope de piso para trabar puertas.
Las posibilidades pueden ser incontables, y ante la necesidad o la inspiración, verás cuán útil puede ser tener el material disponible para hacer esa manualidad que pueda ayudarte a ahorrar dinero, y sea como continuar tu propio curso de carpintería autodidacta.
Lo más importante: Conseguir la Madera más conveniente para el Mueble que piensas hacer
Por más buenas herramientas que compres, o por más tutoriales o planos que tengas al alcance, si la madera es inadecuada para el tipo de pieza o de estructura que deseas armar, no sólo el producto final podrá no ser muy sólido, sino que además todo el proceso de corte, lijado, agujereado y ensamblado será engorroso, o podría hasta echarse a perder.
Para evitar confusiones, no hablamos de madera “mala” o “buena” en sí misma, sino que hay tipos de madera que mejor rinden para determinadas obras. Hay algunas que se rompen fácilmente si quieres introducirles un tarugo, hay de las que son muy endebles para estructuras de gran tamaño, y otras tienen una composición que dificulta algunas tareas como el lijado o el ensamblado, por nombrar algunos ejemplos.
Así las cosas, será fundamental que puedas informarte correctamente sobre esto a la hora de hacer tu primer mueble, ya sea a partir de hacer un curso de carpintería o de consultarle directamente al proveedor donde la comprarás, para que toda tu experiencia y el producto final tengan resultados esperados y duraderos.