La educación se concibe como una red categorial que nos introduce en el campo de la transformación, es decir en la posibilidad que tienen la humanidad, las sociedades y las organizaciones, de pasar de forma en forma, de acuerdo con las necesidades, la evolución y los desafíos del mundo en cada época. Formas únicas, singulares, compartidas, pero también cambiantes, mutantes, que se nombran continuamente de otra manera en este contexto del homo faber, capaz de llevar el mundo a realidades tal vez impensables por su capacidad de creación y de innovación, basadas en el conocimiento producido por el sapiens-sapiens curioso, libre y buscador que todos llevamos dentro.
Este conocimiento, y su relación con el entorno, están a la base de la relación que establecen la universidad y la empresa en el presente. Es un conocimiento que se aplica porque surge en el contexto de la academia que teje saberes, disciplinas, ciencias y profesiones con realidades, contextos y territorios que es necesario problematizar para encontrar soluciones, alternativas, o nuevas respuestas que en el campo de la empresa produzcan desarrollo, crecimiento y progreso para la sociedad y el país.
En este sentido, la universidad está al servicio de la sociedad, de la humana humanidad y del conocimiento que produce en el campo de la responsabilidad social, para mejorar esta tierra patria, como la denomina Edgar Morin, para hacernos y sentirnos responsables del destino común de la humanidad y de la sostenibilidad de nuestra casa común. Por esto, hablar de transferencia de conocimiento y tecnología es una manera de retornar al entorno lo recibido y continuar con la tarea de potenciar la investigación, la innovación y el emprendimiento en las instituciones de educación superior.
Es importante puntualizar que la hoy llamada revolución de la industria 4.0 pone a la universidad el reto de saber leer el mundo, sus tendencias y desafíos para abrirse a la posibilidad de nuevas rutas de formación, nuevas formas de organización del conocimiento, nuevos programas y profesiones, cuyos itinerarios están marcados por la flexibilidad, la internacionalización, la capacidad de adaptación y la continua creación. industria 4.0
Actualmente, la triada poiesis, noética y ética está en la base de la relación universidad-empresa: la primera genera los procesos creativos que permitirán innovar, la segunda permitirá ver la realidad para pensarla y al mismo tiempo buscar las acciones concretas que la transformen, y la tercera pone el sello de una humanidad cuyo ethos muestra las relaciones que es posible establecer y los principios de actuación que las rigen. Porque, si bien es cierto, el conocimiento y su aplicación parecieran no tener límites, estos dos lados de una misma realidad llamada academia, tienen como horizonte de actuación la búsqueda de una sociedad inclusiva, justa y equitativa, donde el progreso y el crecimiento generen condiciones de vida dignas para todos. industria 4.0
Por lo tanto, las respuestas a estos desafíos recientes, por los que pasan las nuevas profesiones, los empleos, los medios de comunicación y las maneras de relacionarnos, tienen como escenario la universidad, con sus procesos educativos y formativos centrados en la persona, y la empresa con su producción de bienes y servicios, siempre en pro de una sociedad, cuyo desarrollo y crecimiento que, si bien es cierto, es económico, no puede dejar de lado la cultura, la espiritualidad y la dignidad de cada ser humano. En este orden de ideas la búsqueda del bien común es ineludible.
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