Mario Sánchez, Director Regional de D2L para Latinoamérica, responde acerca de los retos que deben afrontar las instituciones educativas con la llegada del coronavirus.
1. ¿Estaban preparadas las universidades y colegios para afrontar la educación virtual?
La actual crisis por el Covid-19 evidenció que la mayoría de universidades y colegios de todo el mundo no estaba preparada ni a nivel tecnológico, académico ni mucho menos mental para la situación que vivimos.
La contingencia sanitaría obligó a muchas instituciones de todos los niveles en el mundo a cerrar sus puertas y a mudarse a sistemas educativos virtuales para impactar en lo más mínimo posible los cursos que estaban realizándose. Sin embargo, aunque la crisis fue repentina, ayudó a acelerar la adopción digital en el sector educativo.
La tecnología educativa no es nueva pero su integración en la operación de las instituciones ha sido más lenta si la comparamos con otros sectores. La pandemia obligó a las escuelas a cambiar su visión acerca del uso de la tecnología y a ver las clases virtuales como verdaderas herramientas para mejorar los métodos de aprendizaje que definen el futuro de los estudiantes.
Además, la crisis demostró que dichas tecnologías no solo se deben considerar como herramientas complementarias y facilitadoras, sino como elementos indispensables para responder a futuras situaciones de emergencia.
2. ¿Son suficientes las videollamadas para adecuar un proceso de educación virtual eficiente?
La gran lección que ha dejado la pandemia para las instituciones de educación ha sido que aprender en remoto no es igual a aprender online.
Hay profesores que simplemente han trasladado el salón de clases al escenario en línea, sin tomar en cuenta nada más, lo cual es un grave error. Lo que han hecho es llevar el número de horas de clases presenciales a horas de videoconferencias, con el consecuente pesar y malestar de los alumnos.
El aprendizaje en línea demanda, en primer lugar, contar con los recursos tecnológicos y técnicos necesarios para atender, tanto a los profesores como a los alumnos. Además, se requieren contenidos digitalizados y plataformas que faciliten la labor docente, desde lugares virtuales seguros para subir actividades y permitir la calificación y administración del curso, hasta sistemas fiables de videoconferencias.
Es importante que las tecnologías educativas ofrezcan funciones para que el estudiante pueda disponer del contenido educativo virtual de manera offline. De esa manera pueden continuar con el aprendizaje aquellos alumnos que tengan dificultades técnicas para conectarse a internet.
3. ¿Cómo se puede medir el aprendizaje de un alumno en la educación virtual?
Medir el progreso de los alumnos que utilizan las plataformas de aprendizaje en línea no solo es más sencillo que en los esquemas tradicionales, sino que es más eficiente y confiable. Por ejemplo, Brightspace de D2L permite a los profesores proporcionar calificaciones y retroalimentaciones en tiempo real, pre-programadas y significativas a los estudiantes para captar rápidamente su desempeño.
De esta manera se facilita la retroalimentación en todos los cursos desde un solo lugar. Brightspace brinda un centro de evaluación para hacer anotaciones a los documentos y calificar. Además, permite usar un teléfono móvil para evaluar a los estudiantes de forma remota con una herramienta de evaluación así como proporcionar comentarios a través de audio y vídeo.
4. ¿El precio de las matriculas debe mantenerse o disminuir con la llegada de la educación virtual?
Por la situación de emergencia, muchas escuelas tuvieron que buscar herramientas poco robustas, incluso de uso gratuito, que carecen de funciones realmente avanzadas y que se limitan a organizar simples clases en video.
Esto explica por qué muchos alumnos mostraron dudas, muy razonables, sobre los cursos que se realizan a través de dichas herramientas. Inclusive, diversas encuestas realizadas a estudiantes en Estados Unidos han arrojado un dato controvertido: buena parte del alumnado no está dispuesto a pagar su colegiatura usual de clases presenciales para tener educación online centrada en mirar vídeos en una computadora portátil.
Por eso es indispensable resaltar las diferencias entre tomar clases viendo solo vídeos de manera remota y ser parte de un plan de estudios cimentado en una completa plataforma de aprendizaje, personalizada, innovadora y con la capacidad de ser utilizada de manera semi-presencial. Esta última cualidad implica la facilidad de alternar algunas clases presenciales con sesiones de forma online, encaminando al alumno hacia el autoaprendizaje mientras el profesor asume el rol de monitor y mentor.
Integrar una plataforma de educación online robusta en el plan de estudios con modelos educativos de vanguardia como Aulas Inversas, Aprendizaje Adaptativo y Gamificación en las instituciones académicas ayuda a eliminar las dudas de los alumnos y padres de familia respecto al dinero que pagan por la educación que reciben.
5. ¿Qué herramientas tecnológicas existen para mejorar la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos?
En términos de accesibilidad, lo importante es contar con tecnologías fáciles de instalar, navegar y de utilizar, tanto para alumnos, como para profesores. Esas tecnologías deben poder integrarse a los planes de estudio de la institución académica para que su combinación con las clases presenciales arrojen resultados óptimos en la operación, y sobre todo, en la calidad de la educación que se le brinda a los estudiantes.
Brightspace de D2L es un sistema de gestión de aprendizaje basado en la nube que funciona en cualquier dispositivo móvil. Permite crear cursos atractivos utilizando herramientas de creación y curación de contenido avanzadas. A través de la plataforma se pueden configurar clases virtuales personalizadas con rutas de aprendizaje individuales para los estudiantes, proveer retroalimentaciones e involucrarlos a través de herramientas sociales, video y otras características.
Las universidades deben prepararse no solo para responder a emergencias, como la actual del Covid-19, sino con planes permanentes y robustos de educación online o semi-presencial. Todo debe estar basado en una correcta planeación académica, una capacitación constante de profesores y alumnos, una plataforma tecnológica fiable y segura, además de una gran apertura mental al cambio de modelo educativo. El concepto clave es la adaptación al cambio.