En 2015 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 y se fijaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODS fueron un esfuerzo de actualizar la agenda de los Objetivos del Milenio del año 2000 y que estuvieron centrados en luchar contra la pobreza, el hambre, la enfermedad, el analfabetismo, la degradación del medio ambiente y la discriminación contra la mujer.
Los ODS aumentaron la ambición y fijaron 17 compromisos basados en 5 pilares: personas, prosperidad, planeta, paz y justicia, y asociación. Estos pilares están interconectados y se integran en los 17 ODS, los que deben traducirse en la formulación de políticas públicas y acciones concretas para un desarrollo sustentable, tanto de los países desarrollados como de aquellos en vías de desarrollo. Por lo mismo, son una agenda que, como les consta a los lectores, ha ido permeando todas las dimensiones de nuestra vida, desde los gobiernos a través de políticas públicas, los parlamentos a través de las leyes y, por lo mismo, en las empresas donde se han debido ir ajustando distintas dimensiones de la gestión, para poder desenvolverse en los mercados.
Sin duda, la Agenda 2030 liderada por el entonces secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, es un esfuerzo global por mejorar las condiciones de vida de todas las personas en nuestro planeta y proyectar ese desarrollo de manera sostenible hacia el futuro. Sin embargo, de 2015 hasta ahora hemos estado viviendo un desafío global que no está cubierto explícitamente por los ODS y que tiene un impacto enorme en nuestra forma de vida. Si bien la difusión de noticias falsas y desinformación -la mentira- no es un fenómeno nuevo entre nosotros, el impacto que han tenido las redes sociales y los medios digitales sobre esta mala práctica, ha adquirido tal magnitud que no existe nadie que quede fuera de su alcance y efectos.
Un claro ejemplo de esto se da en torno a uno de los desafíos que mayor fuerza ha adquirido bajo el paraguas de los ODS, como es la batalla contra la crisis climática. Sin perjuicio del consenso científico y la abundante información que da prueba de la incidencia de la actividad humana en el deterioro de nuestro medioambiente, por los efectos de las llamadas fake news y la desinformación, aún son muchos los que desconfían de ello. En tiempos en que consumimos información de manera instantánea, ubicua y constante, la mentira debe ser vista como un nuevo desafío para incluir en la agenda global. Tierraplanistas, antivacunistas, ecoterroristas, populistas y tantos otros “istas”, se aprovechan de la desinformación y se valen de la mentira para ir corroyendo los fundamentos de la democracia y, en definitiva, nuestra forma de vida en comunidad.
Le puede interesar: Ahora sí Empezó la Década
Bajo este contexto, una propuesta de solución es la que ha lanzado la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, la que pasa por la creación de un nuevo ODS centrado en la «Comunicación Responsable». Este objetivo “18”, reconocería el importante papel que desempeñan los profesionales de la comunicación en la creación y el cuidado de las comunidades y establecería un marco para promover prácticas de comunicación responsable que fomenten la confianza, la transparencia y la rendición de cuentas.
Este “ODS 18” proporcionará una hoja de ruta a gobiernos, instituciones y organizaciones para promover prácticas de comunicación responsable. Fomentaría el desarrollo de normativas y directrices para los medios de comunicación, las plataformas de redes sociales y otros canales de comunicación que den prioridad a la precisión, la comprobación de los hechos y la imparcialidad. Además, este ODS fomentaría el desarrollo de programas educativos que promuevan la alfabetización mediática y las habilidades de pensamiento crítico para ayudar a las personas a distinguir entre fuentes de información creíbles y no creíbles. También fomentaría el desarrollo de iniciativas que promuevan la diversidad, la inclusión y la conciencia cultural en la industria de los medios y la comunicación. Por último, este ODS promovería la investigación y el desarrollo en el campo de la comunicación responsable, fomentando el desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías que den prioridad a la promoción de información veraz y fiable.
En conclusión, la creación de un ODS sobre comunicación responsable es esencial para promover la confianza, la transparencia y la rendición de cuentas en nuestras sociedades. Es hora de que los profesionales de la comunicación y los líderes empresariales, reconozcan el papel fundamental que desempeñan en la creación y el cuidado de las comunidades y adopten prácticas de comunicación responsable que promuevan la verdad, la precisión y la imparcialidad, para fomentar un mundo mejor para todos.
Lea también: Baterías de Litio para las Energías Renovables no Convencionales (ERNC)