Me acuerdo de mi primer ordenador, era de mi mamá; y recuerdo el primer trabajo en el que lo usé, fue un reporte en MsWord para un Laboratorio de Ciencias en el último año del colegio. Recuerdo haber visto una línea de comandos por primera vez en la universidad, de haber hecho programas para microprocesadores con apenas 4 variables disponibles y montar los respectivos circuitos que respondían a esas variables. También me acuerdo de mi trabajo final de curso que era un simulador de planificación de redes UMTS sob, un sistema de geoposicionamiento para optimizar el uso de múltiples canales en simultáneo en la ciudad de Lisboa. Era ficción científica hace 20 años.
Desde el primer ordenador IBM en 1981 hasta hoy, la evolución tecnológica se aceleró de una forma exponencial elevada a algún logaritmo. Y, eso significa que las personas que usan la tecnología, en particular las de mi generación y de la generación de nuestros padres, tuvieron la oportunidad y la necesidad, de acompañar la evolución del conocimiento para no quedarse obsoletas. En todos esos momentos de introducción de nuevas tecnologías, más rápidas, más optimizadas, más automatizadas, más inteligentes, tuvimos momentos de escasez de talento especializado, seguido de momentos donde los gigantes tecnológicos tienen la necesidad de contratar un exceso de talento especializado y luego hacer despidos masivos. ¿Y qué pasa con ese talento? Unos lamen las heridas, otros rápidamente estudian, se forman, se capacitan, se reinventan y empiezan de nuevo en lo que sea la nueva tendencia. Y así andamos de ciclo en ciclo, de tendencia en tendencia, porque el mercado TI así lo dicta.
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Nosotros, profesionales de TI, seremos los seres más resilientes en este planeta. Seremos la prueba viva de la Teoría de Darwin: o evolucionamos al ritmo que nos exige la tecnología, o perecemos y nos tornamos irrelevantes en el contexto de nuestra área de expertise. Pero cada vez que pasamos a la etapa siguiente de la evolución, salimos más fuertes, más completos, más redondos, más preparados para la velocidad con que la nueva tendencia tecnológica o servicio aparezca, y en seguida, dejar de ser nuevamente relevante.
No nos equivoquemos. Las tecnologías van y vienen, pero es la creatividad puesta al servicio de los negocios lo que trae valor a la sociedad. La creatividad está en cada uno, practicar la creatividad está en cada uno, y en las dinámicas de los equipos en que cada uno está inserto. Sabemos que vendrá un nuevo ciclo, ya Darwin nos lo enseñó, sigamos siendo resilientes porque eso nos traerá muchas oportunidades para aplicar la creatividad y ser diferenciales en el mundo de las TI, en la sociedad, venga la tendencia TI que venga.
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