Si un cliente bancario comparte detalles sobre el nombre o el lugar de nacimiento de su mascota en las redes sociales, es posible que esté suministrando a los ciberdelincuentes, las posibles respuestas a sus preguntas de seguridad de los bancos. Esta acción, realizada involuntariamente, da las claves al atacante para tomar control de la cuenta de la víctima y retirar todo el dinero existente.
Cada actividad digital que realiza una persona u empresa en la red deja un rastro de información, conocida como la huella digital. A medida que crece la presencia de una empresa en internet, a los cibercriminales les resulta más fácil atacarla, para así obtener créditos financieros. Es importante que las organizaciones, especialmente las de los sectores financieros, entiendan que los efectos que traen la huella digital de sus clientes es una de las causas principales de los ataques de fraude que sufren.
Esto no sólo representa una amenaza financiera para los usuarios, sino también un detrimento económico y de reputación para las instituciones financieras. Para evitar estos actos, los bancos necesitan trabajar con sus clientes para reducir su huella digital tanto como sea posible y una parte principal de esta gestión se enfoca a educar a las personas sobre la privacidad de datos.
“Cada actividad digital que realiza una persona u empresa en la red deja un rastro de información, conocida como la huella digital.”
Las instituciones financieras necesitan adoptar una postura defensiva y contar con las herramientas para detectar y responder a los posibles delitos informáticos. Para lograrlo es necesario que las empresas trabajen para eliminar el ‘phishing’ tan pronto como se activen y reducir el impacto que este tiene en los clientes. Para lograrlo de manera exitosa y segura se cuenta con una herramienta que ayuda a las empresas a hacerlo, mediante la identificación y eliminación de amenazas en línea, como páginas de phishing, campañas de redes sociales maliciosas y publicidad maliciosa; convirtiéndolo en una herramienta clave para introducir.
También consideramos que es importante que las empresas avancen hacia Risk-Based Authentication (la autenticación basada en riesgo) donde los datos y el contexto influyen en las medidas necesarias para autenticar a un usuario. Por ejemplo, una vez que se haya identificado a los clientes afectados por una campaña de phishing, puede aumentarse automáticamente su puntaje de riesgo y añadir medidas adicionales para protegerlos. Esta acción permitiría ir más allá de las contraseñas, a la autenticación de múltiples factores, como la biometría, o usar fuentes de datos como el análisis de comportamiento, el contexto del dispositivo y usuario para determinar si la persona que intenta obtener acceso a su cuenta es un verdadero cliente o impostor.
Las instituciones financieras deberían promover diferentes tipos de campañas educativas que ayuden a sus clientes a comprender la importancia de la privacidad de sus datos y la adopción de mejores prácticas en el uso de la red. Si ellos lo comprenden, los bancos se beneficiarán a medida que se reduzca la probabilidad de estos ciberataques.
Estas son algunas recomendaciones para adoptar buenas prácticas con el uso del internet y reducir la huella digital en el mundo cibernético:
Elimine las cuentas antiguas: Intente borrar las cuentas de correo electrónico, compras en línea y redes sociales que tiene y las que ha dejado de utilizar.
Compruebe la configuración de privacidad del navegador: La mayoría ofrecen una protección de forma predeterminada, sin embargo, habilitar la configuración de seguridad puede ayudar a limitar la cantidad de datos expuestos.
Limite su presencia en redes sociales: El altísimo número de personas que las consultan ha aumentado significativamente la posibilidad ataque para que se realice ‘phishing’. Compartir información facilita que los ciberdelincuentes tengan acceso a información confidencial.
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