«Las empresas deben actuar de acuerdo a las reglas del canal donde se mueven y en el caso de las redes sociales deben comportarse como los amigos de sus clientes.»
Todos conocemos las redes sociales, y sabemos que nos han permitido conectar con nuestros familiares y amigos, compartir experiencias, opiniones, momentos especiales y sentirnos más cerca de los demás, o al menos así fue como todo inició. Estos canales fueron diseñados para las personas y que, por medio de ellas, podamos conectar con nuestros amigos: esos amigos que se ríen y lloran con uno, comentan sobre nuestros logros, y les gusta lo que uno hace. De ahí lo social de las redes sociales.
Al ver este gran interés de las personas y la gran interacción que generaba, las empresas encontraron una excelente oportunidad al poder estar presentes donde su audiencia lo estaba. De esta manera, las empresas decidieron entrar a las redes sociales, pero la gran mayoría haciéndolo de la manera que sabían: comercialmente.
Es aquí cuando las marcas entran a un ecosistema social sin adaptarse al lenguaje propio de éste y cayendo en el error de utilizar las redes sociales como un catálogo de ventas, donde únicamente se exhibe el producto y se espera generar una venta a partir de eso. El problema es que esto no siempre funciona así, las personas muchas veces necesitamos más que solo ver el producto, necesitamos conectar con él y sentir una verdadera necesidad de tenerlo en nuestras vidas.
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Entonces te preguntarás ¿Cómo hacemos eso? Utilizando estos canales de acuerdo a su verdadero propósito: ser redes ‘sociales’. Así creamos relaciones con nuestra audiencia, generamos una necesidad y un deseo, entablamos una amistad con ellos, nuestros clientes empiezan a hablar con nosotros y de nosotros y, por consecuencia, lograremos lo que finalmente buscamos: ¡venderles!
El beneficio de hacerlo es que en el momento que una marca conecta con su público deja de parecer de cierta manera inalcanzable, pasando de tener una comunicación corporativa a tener una comunicación más humana. Recordemos que a las personas no les gusta hablar con instituciones y al contrario les gusta sentir que están hablando con otras personas. Si las personas no confían en ti, no van a escucharte, por lo tanto a los clientes debemos darle razones suficientes para querer conocernos y querer comprarnos.
Las empresas deben actuar de acuerdo a las reglas del canal donde se mueven y en este caso -el caso de las redes sociales – deben comportarse entonces como los amigos de sus clientes, esos amigos que entienden sus problemas, los escuchan y le brindan una solución cuando la necesitan. Por eso es importante no olvidar preguntarnos como empresa ¿queremos utilizar estos canales como redes comerciales o sociales?
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