“Jefe, creo que con esto ya no me van a necesitar, y no me gusta que cambien lo que yo hago, pues no va a quedar bien, lo he visto y no funciona”. Tal cual fue una conversación que tuve con uno de mis analistas, el siglo pasado. Sí, el siglo pasado. La era de los ERP había llegado y el miedo y la prevención llegó a los equipos de las organizaciones.
Hoy, a las puertas de la entrada de las nuevas tecnologías a nuestras empresas, nos enfrentamos a conversaciones parecidas, con una diferencia fundamental; los equipos deberán preparase, no a usar los sistemas y tecnologías, sino a trabajar en equipo con ellas. La fuerza laboral digital está ya disponible para que se incorpore a los equipos de trabajo humanos, preparados y entrenados con la mejor mezcla de tecnologías existentes de digitalización, aprendizaje cognitivo, robotización y visualización, son capaces de fundirse en los procesos y sistemas, para gestionarlos, operarlos y coordinarlos. Haciendo visible lo invisible, aumentando la calidad y capacidad de las operaciones, mejorando la calidad de vida de los empleados y potenciando su valor.
Al ser capaces de trabajar en equipo con los humanos, los equipos de trabajo contarán con unos aliados que permitirán generar modelos de negocio y de experiencias diferenciadoras y únicas de relacionamiento, con clientes, proveedores, empleados y en general los diferentes grupos de interés, pues los procesos se podrán diseñar y hacer fluir con el sello que quiera imprimir la organización para este fin, dado que el proceso será autogestionado por fuerza laboral digital que podrá estar pendientes de todos los detalles.
Y este es uno de los puntos que hará revolución en las áreas de gestión humana, pues las relaciones entre humanos y algoritmos generarán cambios entre cómo las personas y áreas interactúan entre ellas, se comienzan a redefinir los roles y las formas de trabajo. Organizaciones más fluidas, más centradas en los objetivos de negocio, más ágiles, más livianas. Generando menos fricciones en los diferentes puntos de contacto con clientes, proveedores y empleados.
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Desde el punto de vista de las áreas de IT, será más fácil gobernar fuerza laboral digital, en la forma de trabajadores digitales, que administrar la numérica infinita de usos individuales de las nuevas tecnologías dentro de las empresas (automatizaciones, apps, etc). Acelerarán el proceso de transformación digital y harán más potente la confluencia de estas tecnologías, en función de mejorar y aumentar su impacto en los resultados de los procesos, y al final del resultado del negocio.
Son grandes los retos que esto implica en las organizaciones: repensar los procesos, la forma en que resuelve los problemas, los potenciales organizacionales y de negocio, su cultura, la manera en que las áreas se relacionan interna y externamente, su estructura jerárquica…. pero son más grandes los beneficios y transformaciones que traerán a los modelos de negocio, capital humano y al final a la sociedad.
Debemos prepararnos desde ya para la llegada de una nueva manera de relacionarnos con máquinas y algoritmos, con nuestros clientes, proveedores y entre nosotros mismos y aprovechar sus capacidades en función del potencial humano: creatividad, inventiva, sentido común, sensibilidad y capacidad de soñar y luchar tenazmente por ser mejores.
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