En los últimos meses hemos sido testigos de cambios implacables a los que nos hemos tenido que enfrentar como sociedad y se ha hecho más común el uso de términos como “reinvención” o “equilibrio”, refiriéndose a las dinámicas de las que ahora hacemos parte como tele trabajadores, amos de casa y padres 24/7. Sin embargo, Más que hablar de equilibrio, diré que la pandemia nos mostró la importancia de lo que significa realmente ser una persona “integral”.
Una vez me preguntaron en una capacitación empresarial sobre liderazgo: – Juan, ¿cuál crees que sea la causa que dificulta dirigir equipos y construir ambientes de trabajo sanos y productivos? Ese fue el momento en el que tuve la oportunidad de comunicar lo que, en estos años de estudio y trabajo en las organizaciones, he logrado comprobar: en la actualidad, los seres humanos necesitan algo más que conocimientos técnicos, necesitan ser hábiles para escuchar y comprender, ser flexibles, ser capaces de energizar a los demás, de trabajar en red y contar con un liderazgo efectivo. Dicho en otras palabras, necesitamos seres humanos más conscientes de desarrollarse integralmente. Es tan importante el título profesional como lo es la comunicación, la gestión del tiempo o conocer la propias fortalezas y debilidades. Pero en la práctica, ¿realmente le damos la importancia a esto o únicamente al conocimiento técnico? ¿en las empresas desde sus procesos de selección hasta los de formación le dan valor a las aptitudes personales?
La mayoría de personas no tienen un entrenamiento específico para ser líderes de equipo o para gestionar tranquilamente sus emociones, los sistemas de evaluación de los centros educativos se quedan cortos también y la prioridad siguió siendo el conocimiento técnico de los profesionales, lo que se hizo evidente con las nuevas dinámicas laborales que nos ha dejado la pandemia. En los últimos 6 meses, el 90% de las empresas que nos han solicitado entrenamientos en habilidades blandas; han requerido abarcar temas como la inteligencia emocional, adaptabilidad, fortaleza mental y unión; reconociendo la necesidad que existe de trabajar las habilidades sociales de sus colaboradores.
Sin embargo, aunque en la pandemia se han profundizado estas necesidades, la tendencia en Recursos Humanos los últimos años ha sido precisamente esta. Hoy en día, lograr escalar en las organizaciones o desarrollar una carrera exitosa está directamente relacionado con las habilidades blandas, de manera que, al enlazar la capacidad de relacionarnos con otros, integrando el conocimiento, la experiencia que da la vida y la esencia única y especial de cada persona, se logra esa integralidad, característica tan apetecida en el mundo laboral actual.
Hoy en día, la mirada de los directivos y líderes de las áreas de gestión humana en las organizaciones, en lo que respecta a sus programas de desarrollo interno, deberá estar dirigida hacia el autoconocimiento, la autoconfianza, la autoestima, el autocontrol y la autonomía, entre otros; entendiendo que con estas cualidades, se logran consolidar las bases para entrenar cualquier habilidad blanda porque facilita a las personas entender qué quieren, qué necesitan y qué tienen para lograr llegar a la materialización de sus metas.
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