El crédito de Libranza es definitivamente la línea de crédito con mayor demanda cuando el objetivo es mejorar el flujo de caja en las finanzas personales, ya que una de sus bondades es ser un crédito cuya fuente de pago es la nómina del cliente.
A lo anterior se suma la carrera que emprendieron o aceleraron quienes intervenimos como originadores de cartera en esta línea, sobre todo desde el 2020 a raíz de la pandemia del covid-19 donde fue evidente la necesidad de llegar a los clientes por canales no presenciales
Y entonces, ¿Para que un producto financiero digital? Transformar una línea de crédito como hoy la conocemos a un proceso sin documentos, firmas de puño y letra, huellas dactilares, haciendo uso únicamente de medios digitales donde adicionalmente las garantías son desmaterializadas. Entonces la meta es llegar a quienes no tienen acceso a servicios financieros, ya sea por limitación física como una discapacidad, ubicación geográfica de acceso difícil o porque simplemente deseo administrar mejor mí tiempo y realizar trámites on line.
La libranza digital a hoy es una realidad que algunas entidades ofrecen y otras están por hacerlo, el común denominador es que la mayoría de los agentes del mercado quiere tenerla. ¿Pero qué barreras existen?
La falta de interés y/o recursos al no ser una prioridad para el administrador de la nómina, empresa o pagaduría. Sumado a el proceso tradicional, el conocer simple de algo que se hace así. Es necesario que los departamentos de nómina sean parte del desarrollo, quieran e inviertan los recursos suficientes para ir en paralelo con el nuevo modelo de negocio.
En la actualidad conocemos plataformas que aportaron a la transformación digital de la línea en los últimos años. Como DIBANKA con 135 mil usuarios activos, que suma más de 1 millón de transacciones y SYGNUS que, en sinergia con entidades públicas, avanzaron en reducir la carga operativa que genera una administración de nóminas de gran tamaño, sumado a los controles y administración del flujo de información entre la nómina de la entidad y el otorgante u originador del crédito.
Hoy nos ofrecen gracias a sus integraciones y la autogestión por parte del cliente beneficiario final de la Libranza, la posibilidad no solo de lo mencionado, sino también de validar la identidad del cliente por medio de la combinación del registro biométrico, firma electrónica o firma digital, así como la generación y envió de códigos OTP (contraseña de un único uso) con el claro propósito de reducir los fraudes por suplantación de identidad, evitar el sobre endeudamiento al controlar el orden de ingreso de los descuentos de nómina, mantiene además la información de contacto actualizada, registra la información de los beneficiarios de los descuentos, controla la capacidad de descuento acorde a la ley 1527 de 2012.
Aprobar y desembolsar en unas horas es parte del fin de un proceso de crédito digital, esta idea en Libranza hasta hace algunos años se consideraba solo para los “millennials”, pero contra toda proyección el desarrollo también aplico para pensionados, partiendo de procesos sencillos, con o sin acompañamiento de un ejecutivo de ventas, provechando el uso de celular, permitiéndole además escoger las condiciones del producto y accediendo a las múltiples ofertas disponibles en pocos minutos.
Me permito pensar que faltan pocos años para que este tipo de tramite abarque el mayor porcentaje del total de la colocación realizada en esta línea de crédito.