La educación financiera que recibimos siempre está centrada en el ahorro, en su importancia y en los diferentes métodos y productos que se encuentran en el mercado para que llevemos a cabo esta actividad, y eso está bien, pero qué hay del crédito. También es necesario conocer las diferentes alternativas de préstamo que existen, para poder administrar nuestras finanzas personales correctamente.
Muchas personas aseguran que los créditos son algo que debemos evitar, pero la realidad es que depende en qué lo invirtamos puede ser un gran aliado financiero.
Si hacemos un repaso de las cifras vemos como en 2018 en Colombia circulaban 15 millones de tarjetas de crédito, siendo el 4° país de Latinoamérica con más tarjetas, después de Brasil, Argentina y México. Según datos de la Superintendencia Financiera a noviembre de 2018 se registraron movimientos de 67,5 billones de pesos con este producto. Y en la misma fecha el saldo de cartera de los establecimientos de crédito era de 463,2 billones de pesos.
Es muy importante que las personas reciban una educación financiera completa, no solo entendiendo y poniendo en práctica la importancia del ahorro para tener un seguro ante cualquier eventualidad o para conseguir un sueño a mediano o largo plazo sino también las opciones de crédito que hay en el mercado, para poder elegir así el que más se ajuste a nuestras necesidades.
- Créditos buenos: Son aquellos créditos que se destinan para comprar activos productivos, que de alguna forma agreguen valor a nuestra vida, es decir, que generen renta o ingresos que permitan al menos el pago del mismo crédito. Dentro de estos está, por ejemplo: el crédito de estudios pues agregará valor a tu formación y de esta manera podrás optar a conseguir un mejor trabajo con un salario más alto. O, por otro lado, invertir en un negocio para disponer de un ingreso extra.
Dentro de este tipo de préstamo también podemos considerar buenos a los que usas para comprar productos que quieres y el plazo de pago no es superior a la vida útil del objeto. Por ejemplo: cuando compras un computador que te va a durar más de dos años y lo pagas en 4 meses. - Créditos malos: Los créditos menos recomendados serían los de consumo, las compras con tarjeta de crédito y en general todos aquellos que tienen por objeto adquirir caprichos, gustos o bienes no necesarios. Créditos que al contrario que los anteriores no agregan valor a tu vida o que, aunque sí lo hacen los plazos de pago son demasiado largos. Por ejemplo: Compras un celular diferido a 36 meses cuando su vida útil es entre 1 y 2 años.
- Créditos necesarios: Hay ocasiones que por la cuantía del producto o bien que vamos a comprar es necesario financiarlo. Por ejemplo: cuando vamos a comprar vivienda o carro. “Aunque antes de asumir este gran compromiso hay que asegurarse de que es la mejor decisión.
En el mercado te están esperando una amplia modalidad de créditos para que puedas hacer uso de ellos, desde el Crédito de Libre Inversión para que lo destines en lo que necesites, hasta el Crédito para comprar Vivienda o Estudiar, pasando por el Crédito de Nómina, el cual irá ligado directamente a tu salario llegando a la famosa Tarjeta de Crédito, entre otros.
Pero, al usar cualquiera de estos productos es muy importante que seas consciente que se trata de un préstamo, una plata que necesitas y no es tuya, la cual deberás ir pagando dentro de los plazos y términos que hayas acordado con tu entidad bancaria.
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