“La formación corporativa no se trata de bolsillos llenos, se trata de cultivar permanentemente dentro de nuestras organizaciones una actitud de aprendiz frente a la vida. “
Cuando decidí empezar mis estudios de pregrado hace unos años me di cuenta que no tenía mucho; no tenía dinero, no tenía apoyo, pero aun así, tenía la firme convicción de que la educación podría brindarme mejores oportunidades; entonces, decidí emprender con los bolsillos vacíos una licenciatura, y aunque muchas voces me dijeron que quizás la pedagogía no era un buen camino profesional, yo estaba convencida de que realmente lo que quería hacer a futuro era acompañar a otras personas en sus procesos de formación y educación. Hoy por hoy, me dedico a liderar la Universidad Corporativa de Compensar, diseñando escenarios para el aprendizaje y con pasión acompaño a las personas a tener mejores oportunidades y a entender que la educación es la herramienta para construir nuevos futuros: de esto sigo siendo una plena convencida.
Si la educación, como lo decía Nelson Mandela “es el arma más poderosa que puedas usar para cambiar el mundo” ¿cuánto más podrá hacer por nuestras organizaciones?
Cuando me preguntan por qué es importante la capacitación dentro de las empresas, no titubeó en decir que realmente la educación es el camino a la igualdad organizacional, que esta es la oportunidad que tienen las personas, sin importar su cargo, rol, profesión o contribución dentro de la empresa para desarrollar nuevos conocimientos y mejorar la calidad de su trabajo, acceder a oportunidades de crecimiento y por ende mejorar también su calidad de vida y la de sus familias.
Cuando pensamos en realizar un programa de formación dentro de una compañía, tendemos a verlo como la solución mágica que resuelve un problema o tal vez nuestra mirada se vuelca a considerar que la formación es un requisito que tenemos que cumplir. Mi invitación en este punto es a pensar que los espacios de aprendizaje permiten que las personas desarrollen nuevas habilidades y con el desarrollo de nuevas habilidades se construyen organizaciones más competentes y productivas que aportan no solo al impulso económico si no a la construcción de un país más sostenible.
Lo anterior implica una perspectiva diferente, donde los procesos de educación no se conciban con la premisa de ser exclusivos para las capas directivas; la razón de que la educación genera igualdad nace desde la posibilidad de que todos y cada uno de nuestros colaboradores explore su propio aprendizaje y desde allí transforme su quehacer diario y por ende su propia realidad. El papel más importante que juegan los líderes dentro de la organización es el impulsar este desarrollo integral de las personas, entendiendo que las condiciones y los entornos cambiantes y desafiantes en los que vivimos hoy nos exigen día a día desarrollar un sinnúmero de conocimientos y experiencias que potencien nuestras operaciones y que contribuyan al logro de los objetivos organizacionales, pero nada de esto será posible sin un talento que esté preparado.
El aprendizaje nunca termina y en línea con esto debemos estar dispuestos como organización a generar más y mejores espacios donde no solo afiancemos habilidades técnicas, sino que concibamos el desarrollo como un proceso integral de las personas. Hacia esta ruta caminamos en Compensar, pues estamos convencidos de que eso nos permitirá avanzar en la consolidación de un liderazgo transformador que hoy demanda un talento con un pensamiento centrado en las personas; el fortalecimiento del trabajo colaborativo, como aliado para potenciar los equipos; y el uso de las tecnologías 4.0 como herramientas claves para articular, optimizar capacidades y resultados, y liberar al máximo el potencial de la gente.