Algunos pensamos que el 2016 iba a ser uno de los años más difíciles para el sistema de salud colombiano, y si lo fue, pero al final se logró pasar con dificultades y acudiendo a muchas estrategias y medidas para conseguir los dineros que permitieran atender la creciente demanda de servicios y la presión tecnológica. El Ministerio de Salud logró obtener recursos para garantizar la operación corriente del año, aun cuando los temas acumulados del pasado no pudieron solucionarse. En este año se liquidaron dos de las más importantes EPS: CAPRECOM Y SALUDCOOP (población de afiliados de casi 10 millones entre ambas), con algunos traumatismos, pero permitiendo garantizar a los afiliados la continuidad en su aseguramiento.
“Un desafío importante es la implementación del Modelo de Atención Integral -MIAS- basado en la atención primaria, la gestión integral del riesgo y una medicina enfocada alrededor de la familia”
El panorama del 2017 sigue siendo difícil pero es necesario enfrentarlo. En primer lugar los ingresos no serán suficientes frente a los gastos crecientes, debido a que ahora, tanto el régimen contributivo como el subsidiado dependen en buena parte de los recursos fiscales más que de las contribuciones, y el futuro próximo de las finanzas públicas es bastante gris. El FOSYGA ya no genera los excedentes del pasado y por ello apenas contará con lo necesario para pagar el plan de beneficios corriente.
La presión sobre el gasto médico es cada vez mayor porque las personas demandan más servicios, los costos de éstos suben más allá del IPC general, los insumos importados han elevado su costo debido a la tasa de cambio, la Ley Estatutaria ordena que los beneficios del sistema sean casi infinitos, la ordenación del gasto estará en manos de los médicos y no existirán controles con el fin de respetar la autonomía profesional, y el régimen subsidiado seguirá creciendo en número de beneficiarios a costa del presupuesto público.
Un desafío importante es la implementación del Modelo de Atención Integral -MIAS- basado en la atención primaria, la gestión integral del riesgo y una medicina enfocada alrededor de la familia. Este modelo obliga a invertir más en la detección de enfermos de alto costo, a desarrollar redes integrales, a mejorar los sistemas de información de los prestadores y aseguradores, a trabajar en equipo entre aseguradores y municipios, todo lo cual es loable pero exige un significativo esfuerzo operativo y financiero.
Cada uno de los actores, comenzando por los médicos, deberá poner en marcha el aplicativo “Mipres” que obliga al galeno a prescribir electrónicamente y respaldar sus decisiones con evidencia científica. En el 2017 los colombianos tendremos un sistema unificado de afiliación al sistema que consiste en una sola base de datos administrada directamente por el gobierno, en la cual se guardarán todos los datos relacionados con cada uno de los 47 millones de afiliados.
Son muchas las innovaciones que nos esperan y el sistema deberá continuar trabajando para responder cada vez mejor a las necesidades de la población, particularmente de los más pobres y los sectores medios. Tanto aseguradores como prestadores tendrán que mejorar su eficiencia y productividad y trabajar coordinadamente para sortear las dificultades financieras. Al mal tiempo, buena cara.