En la actualidad se reconoce que los problemas socioambientales son de carácter complejo, es decir son multicausales y con consecuencias impredecibles. Esto supone un gran reto para todos los renglones de la sociedad: político, económico, ambiental y productivo, entre otros. Enfrentar los retos de la complejidad ya no sólo admite profesionales y posgraduados especializados en una materia, sino que, además requiere profesionales y posgraduados con un alto desarrollo del pensamiento complejo, multidisciplinar y holístico. Profesionales que comprendan el comportamiento no lineal, emergente y auto organizativo de los sistemas complejos (sociedad, ambiente y empresas, etc) y de los problemas que estos sistemas enfrentan. Estos serán quienes sin duda estarán a la vanguardia ya que, por su formación transdisciplinar son capaces de vincular la academia, el gobierno y el sector productivo en pro del desarrollo del país.
Es así, como la formación ambiental se posiciona y gana espacio en el terreno de la educación superior, como una posibilidad académica de sentar las bases para una nueva sociedad, que sea capaz de asumir el reto de resolver desde la interdisciplinariedad, la relaciones entre el hombre, los sistemas físicos y naturales, de cara a proponer cambios que permitan comprender la dinámica de un mundo complejo, que debe hacerse sostenible y resiliente.
“La formación ambiental se posiciona y gana espacio en el terreno de la educación superior, como una posibilidad académica de sentar las bases para una nueva sociedad, que sea capaz de asumir el reto de resolver desde la interdisciplinariedad, la relaciones entre el hombre, los sistemas físicos y naturales, de cara a proponer cambios que permitan comprender la dinámica de un mundo complejo, que debe hacerse sostenible y resiliente.”
La Universidad, en su rol como agente de cambio, es el único que está en la capacidad de incorporar en la formación de futuros profesionales, la base metodológica necesaria, para construir las respuestas que se agrupan bajo el nombre de sostenibilidad, desde el saber multi-inter y transdiciplinar, que se hace necesario para afrontar la complejidad de la crisis ambiental que actualmente afronta el país, bajo la conciencia de que el concepto de “ambiente” se ha venido modificando en los últimos años, dejando de ser predominantemente ecológico y biológico, referido a un contexto físico-natural, para ser considerado como un complejo en el que interactúan variables muy diferentes, las tradicionales físicas y bióticas pero también las sociales, económicas, culturales, administrativas y políticas. “El ambiente es no sólo lo que rodea sino también un producto de aquello que es rodeado” (G. Bocco).
A su vez, los postulados del desarrollo sostenible, que predominan en las políticas ambientales de todos los países del mundo, plantean la interrelación de múltiples factores que implican la reformulación de los sistemas políticos, económicos, sociales, de producción, tecnológicos, administrativos, así como un nuevo orden en las relaciones internacionales, acabando con el viejo antagonismo entre conservación y desarrollo. Los movimientos mundiales para preservar el ambiente y abordar el estudio de la problemática generada por los fenómenos ambientales, hacen necesario y urgente la realización de estudios y análisis acordes con la nueva realidad y la formación de profesionales con el suficiente conocimiento y el entrenamiento adecuado, capaces de entender las nuevas situaciones y proponer las soluciones adecuadas a ellas; las disciplinas que lo consideran y utilizan están llamadas a ser exitosas en la sociedad contemporánea, dominada por la complejidad y la competitividad; pasando de manera efectiva de la retórica a la acción.