- El desarrollo de la denominada sociedad del conocimiento y la innovación como megatendencia global fue llevando a mayores exigencias en preparación académica de la población para responder a retos mucho más complejos y al incremento de la competitividad a nivel mundial.
- “La buena salud potencia el efecto en el desarrollo económico social de la educación. Una población más sana mejora su eficiencia y se vuelve más productiva.”
Los diferentes estudios sobre el fenómeno económico y social de los países denominados tigres asiáticos (Singapur, Malasia, Hong Kong, Corea del sur) y los análisis del Banco Mundial a nivel internacional y del Banco de la Republica en Colombia, son contundentes en el sentido de evidenciar que una educación de calidad contribuye de manera importante al desarrollo económico y a la inclusión y promoción social. Estos países comprendieron en la década del 60 del siglo pasado que no tenían recursos naturales, que su único “recurso” eran sus habitantes y a diferencia de las concepciones que primaban durante buena parte del siglo XX de considerar a la población como un problema que había simplemente que controlar, decidieron invertir en su talento humano, elevando progresivamente su escolaridad con lo cual lograron producir un fenómeno muy interesante, que fue la liberación de la creatividad de la población y por ende, la generación de ideas y propuestas innovadoras que poco a poco fueron cambiando la realidad social y económica de estos países. La alta escolaridad que se fue logrando y el apoyo a la creatividad y a la innovación de la población generó ese fenómeno económico que hoy todos admiramos y que ha dado los frutos de convertir a estos países en países emergentes fuertes y cada vez más generadores de riqueza y de bienestar.
Inversión en la educaciòn:
Progresivamente la inversión en educación se fue combinando con inversión en salud tanto salud pública como bien público como en sistemas de servicios de salud que permitieran a la población acceder a la atención en condiciones de calidad, eficiencia y oportunidad, demostrando igualmente que la buena salud potencia el efecto en el desarrollo económico social de la educación. Una población más sana mejora su eficiencia y se vuelve más productiva.
El desarrollo de la denominada sociedad del conocimiento y la innovación como megatendencia global fue llevando a mayores exigencias en preparación académica de la población para responder a retos mucho más complejos y al incremento de la competitividad a nivel mundial. Por ello, la formación en preescolar, básica y media de calidad, que se consideraba vital para la incorporación al mundo productivo se convirtió en un requisito básico de socialización y preparación para acceder a la formación superior (universitaria) y en ella a niveles cada vez más altos de profundización en el conocimiento como respuesta a los retos de una sociedad cada vez más exigente y que busca con mayor ahínco el bienestar en sus diferentes manifestaciones.
Hoy, un ciudadano, sin formación universitaria, en una sociedad emergente o desarrollada, difícilmente pasa de acceder a empleos de baja calidad y con remuneraciones que no exceden el salario mínimo de las sociedades donde ejerce su actividad. A medida que las sociedades logran, con importante inversiones en educación, llegar a una buena cobertura en educación básica y media de calidad, se vuelve imperativo empezar a desarrollar programas que faciliten el acceso a la educación superior, pero los estudios han mostrado que no es de utilidad el acceso a cualquier tipo educación superior, sino a educación superior de calidad. La educación superior de calidad, ya sea a nivel tecnológico o profesional, tiene una importante tasa de retorno para el individuo y la sociedad. Si no es de calidad, que le permita mejorar su competitividad y ser capaz de desempeñarse en diferentes entornos mundiales, puede generar niveles de frustración en el ciudadano que ha realizado un gran esfuerzo por acceder a esta educación.
Educaciòn superior:
La educación superior de calidad, es factor no solo de inclusión sino de promoción social. Los estudios muestran que cuando un ciudadano de estrato económico bajo accede a un programa de educación superior de calidad y lo realiza con dedicación y alto nivel, no solo mejora su inclusión en la sociedad sino que él y su familia se promueven socialmente y acceden a un mejor bienestar. Cuando una familia logra que uno de sus miembros pueda realizar completa y con buen desempeño, una carrera tecnológica o profesional de calidad, da un salto cualitativo socialmente que puede ser el despegue para un futuro con mayor calidad de vida para todos sus miembros.
La experiencia que Colombia está teniendo con el programa Ser pilo paga, puede permitir demostrar fehacientemente esta realidad de inclusión y promoción social. Muchos creemos muy acertada la decisión del Ministerio de Educación Nacional de asignar estas becas en instituciones reconocidas por su alta calidad (acreditadas) porque son las que dan la mayor probabilidad de que sus programas sean de calidad y por ende contribuyan a que muchos jóvenes rompan ese círculo vicioso de la pobreza y la baja escolaridad. Igual experiencia están teniendo diferentes universidades colombianas que han incrementado sus programas de becas, en alianza con fundaciones y empresas, como parte de su responsabilidad social. Como estos programas son anteriores al programa Ser Pilo Paga, ya han podido evidenciar las universidades como sus egresados de estratos económicos bajos, están accediendo a empresas reconocidas y generando procesos de cambio en sus familias y entornos. Igual hay egresados con exitosos procesos de emprendimiento y generación de innovación social útil.
Indudablemente que el proceso no puede terminar ahí. Si queremos seguir abriéndoles camino para mayor ascenso social y lograr posiciones mejores en el mercado laboral y de liderazgo social, se debe facilitar su acceso a postgrados, en especial maestrías y doctorados, que son cada vez más, exigencias de la sociedad contemporánea. Un ciudadano del mundo de hoy tiene que prepararse con más profundidad en el conocimiento para poder responder más efectivamente a las exigencias sociales y del sector productivo.